María y las hierbas medicinales

Existe una antigua tradición católica alemana plasmada en un “Ordo” para las hierbas que se remonta al siglo X. El texto no enumera las hierbas en particular pero dice: “hierbas y árboles, que tiene que producir la tierra por mandato de Dios para uso de los hombres y animales”, y añade que “las plantas no sólo son útiles para alimentar a los vivientes, sino también, por la inefable bondad de Dios, como medicina para los cuerpos enfermos”. Esto aclara muchas posturas que se tienen, actualmente, acerca de la medicina natural, a veces menoscabada por fundamentalistas ligados a sectores que obtienen enormes ganancias manipulando las conciencias.

Lo que pasaba es que la Iglesia Primitiva y Medieval tuvo que enfrentarse contra las brujerías y magias que se hacían con hierbas, pero entendió que el mal uso que se hacía de ellas de ninguna manera se relacionaba con su buen uso medicinal. Por eso, esta antigua tradición católica ponía en la bendición de Dios y la intercesión de la Virgen María el uso de las hierbas, procurando no generar nuevas supersticiones o “cazas de brujas”. El Ritual de san Florian del siglo XII enumeraba estas hierbas y flores, entre las cuales encontramos, por ejemplo: valeriana, árnica, diente de león, etc.

El Bendicional Romano termina con una bella oración que pone la fe en Jesucristo, nacido de María y dice: “la vara de la raíz de Jesé, el Fruto del vientre. La ayuda de estos frutos de la tierra nos prepare, por la salud terrena para la Salud Eterna” (cf. Apéndice del Ritual Romano: “benedictio herbarum in festo Ass. B. María V.”). ¡Gloria a Dios! (PCD).

Dra. Marcela Magurno, "María y las hierbas medicinales", Prensa Cristiana Digital 17 (2009) 7