"Juan estaba vestido con una piel de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. Y predicaba, diciendo:" (Mc 3,6)

19 de abril de 2010

“Ante un mundo cargado de discursos vacíos y sin sentido, la Palabra de Dios sigue dando sentido a la vida"


No debemos olvidar que el primer llamado que Dios nos hace es a la vida y ese don ya es una vocación. Y responder a esa vocación con nuestra voluntad, nuestra elección de vivir, de acoger la vida con confianza, tal como es, incluso con sus pesos de pena y dolor. La Palabra de Dios, transmitida por la Sagrada Escritura, es una de las mediaciones fundamentales por la que Dios nos interpela y nos comunica el don de su vida, llenando la nuestra de sentido.

En un contexto de inestabilidad, de luchas, de confusión, de tanto discurso vacío, de palabras a las que no se les pone valor, descubrir La Sagrada Escritura como un manantial inagotable de luz, fortaleza, consuelo, como un faro para nuestra vida.

Cuando descubrimos en un pasaje de las escrituras un sentido que nos toca muy profundamente en lo que estamos viviendo, experimentamos en verdad, la fidelidad y la ternura del Señor. Entonces la Palabra se convierte en un encuentro vital. En la lectura de la Biblia hecha oración descubrimos como Dios se dirige personalmente a nosotros comunicándonos su misma presencia.

He elegido versículos de los Salmos 119 y 25 para reflexionar esta certeza. Porqué los salmos? En ellos las expresiones propias de toda vida humana aparecen a cada paso. El salmista ha hecho una profunda experiencia de escucha de la Palabra y la vive en una contemplación profética. Palabra que aflora constantemente en su oración y en toda su vida. Vida siempre en presencia de Dios que la convierte en una oración constante. Vida plena de certezas que las hace cotidianas y que están siempre en su memoria en el camino que va del dolor al canto.

Jesús en la cruz se dirije al Padre con las palabras iniciales del Salmo 22 para expresar su relación con Dios en el momento culminante de su vida. El creyente ha aprendido a dirigirse a Dios con la oración de los Salmos, en Él quiere encontrar la clave que sitúe dolores y gozos en el proyecto del Dios de la vida y de esta manera descubrir el verdadero rostro de Dios.
 
“Tu palabra es una lámpara para mis pasos, y una luz en mi camino”. Sal 119, 105
 
En su comentario al Salmo 19 Juan Pablo II dice que Dios alumbra el universo con el fulgor del sol e ilumina a la humanidad con el esplendor de su Palabra contenida en la revelación bíblica.
 
“A ti, Señor, elevo mi alma”. Sal 25, 1
 
Expresa su deseo de Dios. La oración es levantar el corazón a Dios. Sursum corda = «Arriba los corazones», es una frase que se ha usado desde antiguo para invitar al pueblo de Dios a dirigirse a Él en oración. Expresa la voluntad entregada a Dios, sabiendo que es El mismo quien la eleva ya que inclinándose al alma con misericordia, imprime e infunde en ella su amor y su gracia, con que la hermosea y levanta tanto que la hace consorte de la misma Divinidad. (2Pe 1,4).
 
“Muéstrame, Señor, tus caminos, enséñame tus senderos”. Sal 25, 4

Camino: Dirección que ha de seguirse para llegar a algún lugar.
Sendero: Medio para alcanzar algo
 
Ha elevado su alma al Señor, por eso ahora le pide que le muestre sus caminos. Pide la dirección y el sentido. (Sal 143, 8) porque confío en ti; indícame el camino que debo seguir, porque a ti elevo mi alma. . Esto implica un movimiento, un andar, un ir hacia. Camino es una palabra derivada del término ¨cam¨ que significa paso, y paso deriva de ¨pandere¨ que significa extender, ocupar más espacio, desplegar algo, dar mayor amplitud y comprensión.

No pide solamente que le indique la dirección a seguir, le dice muéstrame, enséñame, que es como decir manifiéstate, que te pueda ver, hazme conocer tu amor, tu compasión, tu bondad, tu misericordia, porque tú eres mi Dios y mi salvador ,v 5; el camino, la verdad y la vida, (Jn 14, 6.) Sabe que tendrá los medios para alcanzarlo, en la confianza de que lo que pide ya le ha sido concedido.

Un deseo ambicioso de conocer los atractivos de su verdad y las ventajas de su salvación y una voluntad recta de saber lo que a Él le agrada, para poder complacerlo, pues en vano lo pretenderíamos si El no nos lo enseña. Para hacer lo que es agradable a sus ojos y conforme a sus mandamientos. (Sab 9, 9-11) .

Por eso es tan importante para alimentarnos y crecer en la fe y en esta intimidad con Dios el trato contínuo con la Palabra de Dios en las Sagradas Escrituras. Porque el Señor que es bondadoso y recto, quiere mostrarnos el camino a los que lo hemos perdido de vista, a los que nos hemos extraviado.
 
“Enséñame, porque tú eres mi Dios y mi salvador”. Sal 25, 5
 
Expresa su confianza en Dios, el espíritu con que ha de meditarse la Palabra y el amor con que se dirige a El.
En la canción 1ª de la Noche Oscura San Juan de la Cruz dice, citando el libro de Job, que Dios en su situación de aflicción, descendió a hablar cara a cara con él, descubriéndole las altezas profundas , grandes de su sabiduría, cual nunca había hecho antes en el tiempo de la prosperidad.

Que en esta noche se verificará lo que dice Is, 58, 10 “tu luz se alzará en las tinieblas y tu oscuridad será como el mediodía”. Alumbrará Dios al alma no solo mostrándonos nuestra fragilidad sino la grandeza de Dios dejando libre y avivando el entendimiento para comprender la verdad e irnos instruyendo en su divina sabiduría.
 
Se va descubriendo así, más allá de toda razón humana, el porqué se sigue cantando y alabando al Dios de la vida en situaciones de dolor, de sufrimiento, de temores, de decepciones. Y se puede encontrar la clave que las transforma en una gozosa certeza, en medio de la oscuridad y de la duda, en canto de confianza a Dios. Gozosas certezas que se apoyan en la promesa que Dios hace a todos los que lo siguen:
 
Yo estaré contigo, le dijo Dios (Ex 3, 12)

Mientras vivas, nadie resistirá delante de ti; yo estaré contigo como estuve con Moisés: no te dejaré ni te abandonaré. Sé valiente y firme: tú vas a poner a este pueblo en posesión del país que yo les daré, porque así lo juré a sus padres. (Jos 1, 5-7)

No temas delante de ellos, porque yo estoy contigo para librarte - oráculo del Señor - “El Señor extendió su mano, tocó mi boca y me dijo: “Yo pongo mis palabras en tu boca. (Jer 1, 8-9)

"Vayan, entonces, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estoy con ustedes hasta el fin del mundo”. (Mt 28,20)

Para finalizar recordamos a Santa Teresa de Jesús en quien la Escritura se hiciera palabra viva. La Biblia se adhiere a su vida y a su mensaje. Penetra una y otro saturándolos. Es doblemente sorprendente el lugar que ocupa la Biblia en la vida y la doctrina de Santa Teresa cuando la enmarcamos en su tiempo. Ella no tuvo la oportunidad de realizar un estudio profundo de la Biblia y ni siquiera la conoció íntegramente. Su condición de mujer en aquella época era una limitación muy grande. Mujer sin letras. No realiza labor de teólogo cuando escribe sino que sencillamente narra la historia que Dios va tejiendo en su propia vida y desde allí intuye unos caminos y unos criterios luminosos y válidos también para otros. Y aun cuando lo hace magistralmente, en más de una ocasión manifiesta su deseo de poder manejar categorías bíblicas nuevas que le permitan expresar mejor lo que vive y siente su alma. Al final de Las Moradas exclama: “¡Oh, Jesús! Y ¡quién supiera las muchas cosas de la Escritura que debe haber para dar a entender esta paz del alma!” (7M 3,13; cf. C 19,3).

Se funde armoniosamente con su vida, como dos palabras pronunciadas por el mismo Dios. Con naturalidad constata que lo narrado en la Biblia "me parece lo veo al pie de la letra en mí". Con gozo exclama que la lectura de los textos bíblicos "me aprovechó mucho", "me consoló mucho", "me ponía esfuerzo". Biblia y vida aparecen en Teresa como dos ríos que brotan de la misma fuente divina. Dios mismo fue para ella "el libro verdadero adonde he visto las verdades". La Biblia es también una luz que ilumina su experiencia de fe y su proceso espiritual. No quiere apartarse ni un "tantico" de lo que dice la Biblia, en donde se le ha revelado la Verdad de Dios. Quisiera conocer más de la Biblia "para dar a entender" el camino espiritual. Se acerca a la Biblia para entender su vida y desde su vida entiende la Biblia. Sus intuiciones hermenéuticas son sorprendentes, sobre todo si pensamos en el momento histórico que vivió.

Santa Teresa de Jesús es un verdadero testigo de la fuerza y de la luz de la Sagrada Escritura. Una mujer, hija de su tiempo, que sufrió muchas veces la ausencia de la Biblia. Pero que por su amor a la Palabra de Dios no se dejó condicionar por el momento histórico que vivió, ni por las estructuras de su época. Teresa nos ha dejado el testimonio de una existencia llena de sentido, iluminada y explicada por la Palabra de Dios.

Jorge Rodríguez
10/03/10
 
Bibliografía:
Llamados a la vida, Jacques Philippe
El amor de Yahveh voy a cantar. Los Salmos, Equipo Bíblico Claretiano
Noche Oscura, San Juan de la Cruz
Cántico espiritual, San Juan de la Cruz
Santa Teresa de Jesús y la Sagrada Escritura, P. Silvio José Báez, ocd

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