Desde el 5 de octubre de 2010 y hasta el 11 de octubre, se celebra en el Instituto Pontificio Notre Dame, de Jerusalén, la asamblea de la Organización Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas (UMOFC). El encuentro coincide con el primer centenario de la organización. El tema central de la asamblea femenina católica es una frase tomada del Libro de los Hechos de los Apóstoles: “Ustedes serán mis testigos” (Hechos 1,8).
La UMOFC fue fundada hace cien años con el objetivo de promover la presencia, participación y corresponsabilidad de las mujeres católicas en la Iglesia y la sociedad, para facilitarles el cumplimiento de su misión de fe, y para trabajar por el desarrollo humano y la paz en el mundo. La UMOFC está integrada por unas cien organizaciones de mujeres católicas, que representan a más de cinco millones de mujeres que actúan en más de sesenta países y que han sido reconocidas por sus conferencias episcopales.
El Consejo Pontificio para los Laicos reconoció a la UMOFC como asociación pública internacional de fieles. En el momento en que la UMOFC celebra cien años de servicio de las mujeres en favor de las mujeres, de la Iglesia y de la sociedad, la organización considera apropiado, según dice un comunicado, “ir a las raíces de nuestra fe, la tierra por la que anduvo Jesús, para encontrarlo a Él de un modo especial”.
A través del programa litúrgico y espiritual previsto, y la escucha de las Sagradas Escrituras, proclamadas en los Santos Lugares, quienes convocaron a esta asamblea esperan que las participantes crezcan en su relación con Jesucristo y se sientan inspiradas por el modelo de Nuestra Señora.
Durante la asamblea las delegadas de las organizaciones miembros de la UMOFC adoptarán resoluciones, elegirán nuevas líderes, y trabajarán para asegurar la viabilidad y fidelidad de la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas, de manera que las futuras generaciones de mujeres católicas puedan crecer en el conocimiento y amor de la fe, con la que las actuales han sido confirmadas, para que también ellas puedan ser testigos de la fe.
La Misa de Apertura fue celebrada por el Patriarca de Jerusalén de los Latinos, Su Beatitud Fouad Twal.
Fuente: AICA
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